viernes, 28 de noviembre de 2008

CHACO: LAS ARROCERAS DEL DEPARTAMENTO BERMEJO - LLUVIAS TÓXICAS Y CONTAMINACIÓN


La arrocera más importante que existe en proximidades de las localidades de La Leonesa y Las Palmas es propiedad de Eduardo José Meichtry; por lo menos, es la persona que visiblemente manda en el establecimiento. Actualmente, el emprendimiento tiene una extensión aproximada de 3.000 hectáreas. Para la explotación utiliza la tecnología más moderna. Cuenta con tractores de última generación, maquinarias e implementos agrícolas de avanzada, avionetas, hangares y talleres muy bien equipados, y un número muy reducido de empleados en relación de dependencia porque ha diseñado una explotación en base a inversión y tecnología, de modo que tiene una baja demanda de mano de obra.
Acopia grandes cantidades de semillas y agrotóxicos. Se ha volcado, por razones de costo y mayor beneficio, a la fumigación aérea. Esto ha favorecido notablemente la creciente expansión de esta arrocera, hasta que terminó por consolidarse como una mega explotación, con extraordinario crecimiento a escala.

Las Palmas y La Leonesa

Estas dos localidades se encuentran ubicadas a poco más de sesenta kilómetros de Resistencia, en el Departamento Bermejo, uno de los más olvidados y atrasados de nuestra provincia. Estos dos pueblos son la derivación urbana del antiguo complejo agroindustrial azucarero Las Palmas, del cual quedan muchas historias y añoranzas, algunos retazos, un sinnúmero de escombros y lamentaciones.
La arrocera de Meichtry bordea Las Palmas y La Leonesa. Abraza por el sur a los dos pueblos y se ubica en el corazón del Paraje Cancha Larga, cuya colonia cuenta con un moderado y más que valioso desarrollo local producto de las actividades primarias que llevan adelante pequeños agricultores y minifundistas, dedicados al cultivo de pastura, cementera baja y a la cría de ganado vacuno y de animales menores. Lo más destacable de este desarrollo rural espontáneo, es que la actual población de la colonia está constituida por antiguos tenederos o propietarios del lugar, por hijos o nietos de los que originariamente se radicaron en la zona, casi todos de la mano del cultivo de la caña de azúcar destinada el complejo industrial azucarero, que fue el gran polo de desarrollo del norte argentino. Este desarrollo local está en vía de extinción como consecuencia de la agresividad de la arrocera, fundamentalmente a partir del uso de los agrotóxicos.

Las comunidades indígenas toba de la región conviven en buena relación con los pequeños productores y minifundistas criollos de la zona y sus organizaciones. Mantienen uno de los mejores tratos que se ha construido espontáneamente en nuestra provincia. Si bien estos pueblos originarios viven en la pobreza, muchas veces olvidados por las políticas públicas, por lo menos no sufren tanta discriminación local como ocurre en otras regiones del Chaco. Este es un dato importante, que como fenómeno colectivo debe ser protegido por los poderes públicos y por la comunidad en general, de manera que los gobernantes y los grandes productores no deben desplegar acciones que puedan estropear la aceptable convivencia entre las comunidades indígenas y criollas del lugar, que están en riesgo como consecuencia del funcionamiento de la arrocera.

“La Ralera”

El barrio La Ralera se ubica en la zona sur de La Leonesa, a la vera de la vieja Ruta 1. El esquinero noroeste de la arrocera de Meichtry se encuentra ubicado aproximadamente a 400 metros, de manera que cuando se fumiga con la avioneta la deriva inevitablemente traslada los agrotóxicos, que terminan por depositarse en las viviendas de esta barriada, fundamentalmente cuando predomina el viento sur, que es frecuente en la zona. Allí no crecen frutas, verduras y hortalizas, con desarrollos aceptables; se secan los naranjos y limoneros, como también los paraísos y otros arbustos. Pero lo más importante, los vecinos se enferman frecuentemente de patologías recurrentes y repetidas que ha despertado la atención y la preocupación de algunos sectores sociales.
La Ralera es un barrio de viviendas populares, construidas con fondos nacionales con destino específicos. Los vecinos cuentan que allí viven 800 familias, muchas de las cuales carecen de ingresos regulares porque son desocupados o subdesocupados, sea que viven de changas, de los programas nacionales sustitutivos de empleos y, en menor medida, de los programas de ayudas del municipio de la localidad, sobre cuyo intendente escuchamos una variada y preocupante gama de opiniones por los manejos de los fondos públicos, por el riguroso clientelismo político que lleva adelante, más las vinculaciones que habría tenido con el destino de las tierras fiscales nacionales que anteriormente formaban parte del patrimonio del ex Ingeniero Azucareros Las Palmas, administrado por la ONABE, del cual fue delegado.
Además, la región es muy compleja en virtud de que se transformó en un intenso corredor del contrabando de cigarrillo y del narcotráfico, ante la impotencia, desinterés o complicidad de las autoridades públicas. El fenómeno es tan creciente que generó una verdadera actividad, informal y no tan subterránea, de la que se nutren familias enteras producto de la marcada desocupación existente y la baja tasa de actividad productiva, con mano de obra, que caracteriza a la zona. Como confirmación de este grave e inusual fenómeno, están los nuevos personajes que se han enriquecido durante los últimos años, ostentando patrimonios que no pueden justificar; por cierto que no son muchos los que ocupan este privilegiado lugar de impunidad.

Cancha Larga